Resulta ser un fenómeno más que evidente y habitual en la vida de muchísimas personas en la actualidad no conocer el modo de aceptar la vida tal y como les viene , como les acontece.
Este hecho debería ser un asunto bastante preocupante para padres y educadores.
Inevitablemente la vida nos lleva a todos por caminos que no esperamos ni conocemos y que en múltiples ocasiones nos ocurren acontecimientos tanto buenos como malos que por desgracia no sabemos asimilar o aceptar.
Los eventos aparentemente buenos a veces no lo son tanto y los eventos aparentemente malos tampoco lo son.
En realidad todo es relativo porque un acontecimiento malo te puede llevar a una situación mejor y un acontecimiento bueno a una situación peor.
Pongamos el ejemplo de la persona que se divorcia y al principio cree que es terrible, pero luego su vida se transforma en una vida mucho más positiva y sobrellevable que la que tenía cuando estaba casado con una persona que no le hacía feliz o incluso con la que se sentía fatal. O por otro lado podemos poner el ejemplo una la persona a la que le toca la lotería y acaba peleado con sus familiares, hijos , hermanos etc... por cuestiones de interés económico.