Llevábamos ya muchos años de relativa paz en el viejo continente europeo, tras una devastadora primera guerra mundial y una cruenta y desalmada segunda guerra mundial vino la guerra de los Balcanes y ahora la gran guerra de Rusia contra Ucrania.
Los intereses imperialistas de un señor están haciendo temblar a las democracias más asentadas y maduras del mundo.
Ni Europa, ni Estados Unidos podían imaginar una guerra tan salvaje en Ucrania.
Y para colmo nos encontramos con la amenaza de pulsar el botón rojo del enorme arsenal nuclear que posee el gran país ruso.
No se respetan los derechos fundamentales de los civiles, se dispara indiscriminadamente a adultos , niños y ancianos indefensos tras haberse establecido un teórico corredor humanitario.
Se destruyen pueblos y ciudades , hogares e infraestructuras vitales para el funcionamiento de un país, se machaca la vida de muchísimas personas para siempre y se cuestiona la fortaleza de los valores democráticos.