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| Carlos Carmona Sanchez. 19.05.21 | |  Un amplio territorio de nuestro pueblo es sierra, cuando la vi por primera vez, hace cuarenta años, me impactó. Digamos que fue un amor a primera vista, me cautivó un espacio con una biodiversidad tan hermosa y tan próxima. Me dije: - este lugar mejora la calidad de vida de todos sólo con mirar hacia él. El problema radica en que lleva años sometido a abusos: explotación extractiva, acúmulo progresivo de basura debido al aumento de visitantes, perdidas de biodiversidad... En la actualidad encontrar soluciones parece poco probable. Las políticas locales siempre han sido muy laxas al respecto, nunca se han planteado seriamente recuperar esta parte del patrimonio natural de nuestro pueblo. Todo lo contrario que sucede con el interior, donde las avenidas están llenas de árboles importados de otras latitudes. En definitiva, un desequilibrio muy pronunciado en la política municipal entre lo urbano y el resto. Me preocupa que en pleno siglo XXI desaparezcan estos entornos naturales o queden tan deteriorados que no podamos reconocerlos. | He asistido al declive de la sierra, y aunque hay organizaciones que luchan por parar esta catástrofe, presionando para crear una gran área protegida que quede a salvo de las inevitables presiones económicas, parece poco probable que se consiga. Es angustioso ver cómo pasa el tiempo y estos lugares van desapareciendo para siempre. Convirtiéndose lo que antes era un paraje hermoso; en un cementerio desolador, donde yace una sierra que nos ha tratado con generosidad, incluso a los que más daño le han hecho. Me gustaría que hubiera motivos para la esperanza, pero sólo me animo cuando paso por el pueblo vecino de Alhaurín el Grande, un pueblo prospero que cuida su sierra. En fin, aunque en ambos pueblos domine la misma marca, decididamente, no todas las políticas son iguales. |
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