Desde mi experiencia como educador pongo un ejemplo habitualmente a mis alumnos y alumnas que puede servir para muchos otros adolescentes o niños que duden en sus estudios de si continuar o no con su trayectoria académica.
Muchas veces tanto padres como profesorado sabemos que ocurren momentos en los que los estudiantes tienen lagunas, dudas, crisis existenciales, influencias de sus iguales o adultos ,del entorno en el que viven ,de personas que de repente se cruzan en sus vidas y en esos momentos estamos los padres, tíos, abuelos y profesores para dar buenos consejos y asesorar a los niños y adolescentes que se encuentran en ciertos momentos perdidos o confundidos con respecto a su futuro en los estudios.
Ocurren con mucha frecuencia instantes de apatía en los que ellos tienden a pensar si mucha gente que ha estudiado no tiene trabajo ¿Para qué voy a estudiar yo? ¿Para que estudiar si gente con dos carreras no encuentra un empleo?
Pues bien ahí es donde entra el juego del papel de asesores y consejeros de los alumnos y alumnas por parte de los adultos.