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Finalista en III concurso de relato corto “el libro en blanco” 25-10-2019
Trabajo de sociales
| Pedro Biedma. 04.10.20 | |  Llegó el día señalado por Don José, el profesor de sociales. Hoy sus alumnos mostrarían los trabajos realizados sobre el tema cuestionado la semana anterior. Cada uno de ellos debía de analizar la relación que mantenían con sus respectivos padres, en concreto solo con la figura del hombre. Considerar si estos les dedicaban el tiempo suficiente para ayudarles con sus tareas escolares. Algo que en los últimos años se ha puesto de moda, ya es un añadido casi obligado, que aparece al final de los deberes: En caso de dudas, consultar con vuestros padres. El primero en salir a la pizarra fue Adán, cuyas notas destacaban por la cantidad de suspensos. Al oír la llamada del profesor se levantó decidido, se plantó frente a sus compañeros y papeles en mano comenzó a leer: Buenos días, me llamo Adán Álvarez y tengo 12 años. Mi familia está compuesta por mis padres, mi hermano mayor Juan y yo. Aunque la asignatura es de sociales, me he basado en las matemáticas para realizar el trabajo, una ciencia que nunca falla. | ¿Las matemáticas?, interrumpió extrañado Don José. Efectivamente, querido profesor, paso a exponer mi teoría: Mis 12 años suman un total de 4.380 días, que convertidos a horas, totalizan 105.120, esta es la cantidad de horas que tengo en común con la existencia de mi padre. Debo de advertirle que en esta tarea he necesitado la colaboración de él, por lo que el mérito debe de ser compartido. Continúo, mi padre suele dormir una media de 8 horas diarias, algo más los fines de semanas, pero vamos a dejarlo en 8 para redondear. Si realizamos una sencilla multiplicación llegaremos a la conclusión que 8 horas por 365 días por 12 años, nos da la cifra de 35.040 horas dormidas en las cuales no ha podido estar junto a mí, a no ser que lo hiciese en sueños. En ese instante la mayoría de la clase emitió una sonora carcajada, incluso el serio profesor dibujó una leve sonrisa en su boca, que disimuló cubriendo la misma con su mano derecha. Sigue Adán, sigue con tus deducciones. Bueno, seguimos. Mi padre trabaja desde que yo nací, su convenio laboral indica que al cabo del año permanece en su oficina 1.756 horas que multiplicadas por 12 años hacen un total de 21.072 horas. Por otro lado, cada año laboral consta de una media de 260 días laborables, el resto son festivos y fines de semana, en esos días mi padre pasa en el camino de ida y vuelta al trabajo 1 hora, con lo que sí multiplicamos 1 hora por 260 días y por 12 años nos indica que se ha pasado 3.120 horas en coche y medios de transportes. Ahora os debo de confesar que todos los días, sean laborables, festivos o fines de semana, a él le encanta pasar un par de horas en el bar de la esquina de mi casa.
Multiplicamos 2 horas por 365 días y por 12 años para concluir que el bar le han ocupado 8.760 horas de permanencia. Con el fin de ser exhaustivos, hemos calculado las bajas médicas sufridas durante estos doce años y que le han mantenido en cama, 30 días en total, es decir 720 horas sin salir de la cama y sin fuerzas para hablar conmigo y menos para ayudarme con los deberes. ¡Ah!, no olvidemos que también almuerza y cena, no tarda mucho, pero los 45 minutos no se lo quita nadie, o sea 3.285 horas que utiliza en comer y no lo hace a mi par. Los fines de semanas tiene el defecto de dormir la siesta, pero no las vamos a tener en cuenta pues entonces no me saldrían las cuentas. Hagamos un pequeño repaso: - Horas vividas por mí: 105.120. - Horas dormidas por mi padre: 35.040. - Horas trabajadas por mi padre: 21.072. - Horas de ida y vuelta al trabajo: 3.120. - Horas de asueto en el bar: 8.760. - Horas de baja y en cama: 720. - Horas dedicadas a comer: 3.285 Total de horas en las que no ha estado junto a mí: 71.997 Bueno Don José, ahora el que continúa hablando soy yo, pero quien ha realizado esta parte es mi padre, recuerde no son mis palabras.
Estimado profesor, soy el padre de Adán, habrá visto que de las 105.120 horas de vida que posee mi hijo, 71.997 las he pasado lejos de él. Restan 33.123 horas pero debe de tener en cuenta que mi familia la componen 3 personas más por lo que debo de dividir este número de horas libres entre ellos, para que ninguno se sienta marginado. Por lo tanto he pasado junto a mi hijo Adán 11.041 horas en estos doce años. Tomemos esta cantidad de horas y la dividimos entre por 12, nos sale 920 horas al año. ¿Parecen muchas, verdad?, vamos a realizar la conversión a días, exactamente son 38,33 días al año los que dedico a estar al lado de mi querido Adán. En esos momentos le pregunto por sus necesidades, por su relación con los compañeros, vemos el fútbol que le apasiona, le riño por la notas, escribimos la carta de reyes magos, le acompaño a comprar la ropa, etc. Las matemáticas no fallan o eso creo, ¿quiere usted decirme cómo y cuándo le puedo ayudar a realizar los deberes?, y lo más importante ¿quién me enseña a mí a resolver dichos deberes?. Debería de inscribirme en una academia particular, pero como ha quedado comprobado no dispongo de tiempo. Y siendo sincero, ni de dinero. Me imagino que usted debe de tener la solución, yo por más que lo intento soy incapaz de averiguarlo. Hasta aquí llegó mi trabajo Don José, el resto de la clase rompió en un aplauso espontáneo, mientras el profesor analizaba mentalmente el contenido del mensaje.
Don José alzó la vista y observó que el siguiente turno era para Juan, cuyo padre era panadero, trabajaba de noche y dormía durante el día, incluso los fines de semana. Se levantó de su asiento, observó los rostros expectantes de sus alumnos y con la voz entrecortada, comentó: Señores, el trabajo queda cancelado, el próximo día propondremos otro tema distinto.
SEUDÓNIMO: KAS |
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