
Comencé siendo un río que descendía sin parar,
preocupado simplemente, por no bajar mi caudal.
Observé como mi cauce, invadieron dos personas,
no paraban, no cesaban, de besarse y sonreír.
Un sentimiento extraño me invadió,
comprendí en ese instante que me faltaba el amor.
Distinguí un arroyo que avanzaba a la par.