–¡Papá!, ¿qué diferencia existe entre nuestro perro Kas y nosotros?Nada más llegar a casa, mi pequeño me asaltó con dicha pregunta. Tras deshacerme de mi incómoda chaqueta, lo invité a sentarse en nuestro rincón del salón preferido, donde dilucidábamos las cuestiones importantes de la vida.
Tras pensar fríamente, llegué a una conclusión. A la conversación se unieron mi esposa y mi querido Kas.
Los tres pendientes de mí, a la espera de que me pronunciara. El perro entendía perfectamente de lo que estábamos hablando. Así que sin más dilación comenté:
- Los animales, al igual que los humanos, sienten, padecen, se alimentan, sueñan, lloran, muestran felicidad, son celosos, caprichosos, etc. En cuanto a las diferencias, yo las resumiría en dos:
No tienen la posibilidad de expresarse mediante nuestro lenguaje, aunque sí nos comprenden a la perfección, creo que esto es algo que les crea una gran impotencia.