Hace algunos años acudí con uno de mis hijos de 2 años y 9 meses con fiebre de 4 días, hematomas y tortícolis a urgencias del Centro de Salud, 5 veces durante 7 días, siempre me atendió el mismo facultativo. El diagnóstico final fue para mí: “Madre de 42 años frecuentadora” (por escrito) y el consejo que “no volviera a urgencias porque a mi hijo no le ocurría nada, que eran obsesiones de madres mayores”. Al día siguiente, viendo que no mejoraba, lo acerqué al Materno y de allí no salimos durante los 7 años que duró el tratamiento para salvar la vida de mi hijo. El diagnóstico: Leucemia linfoblástica aguda.
Denuncié al médico a la Junta de Andalucía, no por ignorar la enfermedad del niño, sino por no utilizar los mecanismos existentes para evaluar con una analítica cuando un paciente lleva más de tres días con fiebre, hematomas y tortícolis. La primera respuesta de la Junta fue: “¿En cuánto valora el daño causado?”. Obvia decir que contestamos negando valorar el daño a través de una indemnización económica. El dictamen final de La Junta de Andalucía fue, retirar de urgencias del Centro de Salud al susodicho. Pero para colmo de mala suerte, lo mandaron a una consulta del Materno y yo me pasaba con mi hijo por delante de su puerta, tocaba y cuando abría la enfermera, lo miraba y nos íbamos, así durante los 7 años de tratamiento.
Estoy segura que no volvió a menospreciar a ningún paciente, ni a un familiar. Ah, y se quitó de mi expediente sanitario lo de "Madre frecuentadora"
SÍ, LAS RECLAMACIONES SON EFECTIVAS.